Por Osobuko
Poco reflexionó el periodismo más corporativo -siempre tan poco propenso a la crítica- sobre lo que pasó en el partido, donde el seleccionado argentino salió airoso ante el temible Paraná, perdón Panamá. (Me traicionó el inconsciente, ya que si hubiéramos jugado ante un equipo del Argentino A, B o C de esa localidad, hubiese sido más difícil)
Nadie sabe aún para qué se jugó dicho encuentro, y para qué se convocaron a jugadores que, en general, no merecen vestir la celeste y blanca.
Fuertes, para qué, si tal vez el año que viene se esté retirando.
Montenegro, para qué, si su equipo es un desastre, y él sólo colabora en las derrotas. Bah ni eso.
Bergesio, para qué, si está Higuaín, ah, perdón el DT Maradona dijo que no es el momento del goleador del Real Madrid.
La lista es interminable y agotadora.
Usted seguro, dirá: “Hay que convocar a los talentos locales”. Y yo le recordaré, que salvo Estudiantes, el resto de los equipos argentinos quedó afuera de
Pero no se desconsuele, y escupa el insulto hacia este humilde redactor. Argentina será campeón del mundo de la mano de Diegote, ya que el Diez todavía llama la atención en este negocio llamado fútbol, y de la mano de Grondona, que quiere retirarse de sus funciones con un título mundial.
Estará arreglado? Noooo, el fútbol nunca se arregló.
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